Todos queremos ser felices el problema es cómo. La elección de las metas es una de las más delicadas operaciones de la inteligencia, de ellas va a depender nuestro éxito o fracaso vital. Muchos de nuestros fracasos llegan porque emprendemos metas imposibles en sí mismas o al menos para nosotros.
Coordinar nuestras metas con las de los otros es también difícil y fuente de frustraciones. Un ejemplo lo tenemos en la relaciones de pareja y la relaciones familiares. Puesto que tales relaciones son difíciles y muchas veces terminan en fracaso decidimos no emplear demasiado tiempo y energía en ellas. De este modo hacemos precisamente lo contrario de lo que queremos, en lugar de construir la relación nos preparamos para la ruptura o el divorcio.
He aquí algunos consejos para una vida infeliz:
- Elija metas imposibles o contradictorias.
- Sea insolidario e individualista.
- No tenga en cuenta los deseos y aspiraciones de su pareja o de los miembros de su familia.